Desde ayer la imagen del pequeño Aylan Kurdi de tres años conmocionó al mundo y hoy sigue dando de qué hablar. Todos nos rasgamos las vestiduras y clamamos contra comunidad internacional, despertamos indignados como si este fuera un hecho aislado pero lo cierto es que desde hace tres años organizaciones como `Save the children´ nos llevan alertando de la desgarradora situación de Siria, y más en concreto de los cientos de niños que se han visto obligados a huir en el mejor de los casos y que han perecido bajo las bombas en el peor.
Ayer no murió solo Aylan, también su hermano Galip y seguramente cientos de niños anónimos que no han salido en miles de portadas pero que también son la cara de un conflicto que está durando demasiado.
Durante toda la jornada de ayer también se ha estado debatiendo en torno a la pertinencia de poner en portada una imagen tan desgarradora como esta. De hecho periódicos como El Mundo incluso grabó y difundió la reunión de contenidos. Como se dice en el video no es una foto escabrosa, es dura, y a mi modo de ver, necesaria, porque si bien esta no es la primera imagen que los medios presentan de los niños sirios si tenía una significancia especial. Un niño sin rasgos concretos, sin rostro, sin una ropa que le encasille en una nacionalidad concreta, un niño que podía ser nuestro hijo, nuestro sobrino, nuestro vecino. Un niño que todos hemos sentido como propio.
Y es que los menores son los más débiles en los conflictos armados y los éxodos, son el eslabón más débil y es por esa razón por la que con frecuencia son las imágenes de niños corriendo cubiertos de dolor, ensangrentados, llorando junto al cuerpo inerte de sus padres, heridos o como Aylan tendidos boca abajo sobre una playa los que logran conmovernos. Pero ¿es necesario que se produzcan imágenes como las de ayer para que el mundo tome conciencia de lo que ocurre? ¿Es que es una novedad? En absoluto, más de 6.000 personas huyen a diario de Siria y han desaparecido ya 120.000 personas, de los cuales 14.000 son menores.
¿Cuantas personas tiene que huir de Siria, cuantas personas tiene que morir para que la comunidad internacional tome conciencia de lo que está pasando y reaccione?
Una vez más como no hay intereses creados, los gobiernos del mundo giran la cara para no ver aquello que les resulta desagradable y les genera conflictos, convirtiendo en lema y bandera aquello de que “si no lo ves, no existe”.