Cuando iba a nacer mi segundo hijo decidí dejar volar mi imaginación y pedir ayuda a algunas amigas mías muy creativas con la intención de poner en marcha una fiesta para celebrar que mi bebé nacería en un mes, es decir, lo que se conoce como «Baby Shower». Tenía una idea en la cabeza y finalmente logré plasmarla con éxito.
Puesto que muchas de mis amigas tienen niñas pequeñas decidí optar por la cafetería de una amiga mía llamada Picaboo, que además de ser muy mona también cuenta con un parque de bolas para niños y otro para bebés, es decir, lo ideal para tener a los niños entretenidos y disfrutar de la fiesta tranquilamente.
Así planteamos una merienda salada a base de empanada, frivolidades y pequeños bocados; y una mesa dulce. En la mesa como decoración coloqué un elegante confeti en tonos azul y blanco que simbolizaba chupetes y biberones, y unas velas azul celeste.
Compré unas mesuras para palomitas e imprimí unos carteles que decían «Ready to pop» y coloqué una bolsa de palomitas atadas con una cinta azul. Sobre ellas coloqué unas cintas turquesas donde se leía Baby Shower de Tristán y la fecha. Estas cintas estaban rematadas por un chupete azul de plástico. Opté por estas cintas a modo de collar para que se las colocaran las invitadas en lugar de las tradicionales chapas para evitar que se dañaran los tejidos de la ropa que llevaban.
Además, pusimos una mesa dulce con todo tipo de dulces, galletas, barquillos y donuts, en tonos azules y blancos. Todo obra de Miss Tarta Creaciones.
Como regalito para las invitadas realicé con la ayuda y asesoramiento de Eva Llosá unos paqueteros azules acordes con la temática del evento y que incluían en su interior un pintauñas de color azul. Asimismo, creamos un photocall lleno de utensilios para disfrazarse como baberos, chupetes, biberones, bigotes… Todos ellos caseros. Además, Eva Llosá que es una experta en «Scrap» realizó un estupendo libro en forma de babero donde las invitadas rellenaban unas tarjetas con una dedicatoria y la incluían, además de dejar el espacio preparado para colocar las fotos del «photocall».
De igual modo creamos un juego consistente en que las asistentes probarán a acertar cuanto media mi tripa para divertirnos un rato, y la que acertó se llevó de premio una bandeja de jabones relevantes y sales.
Ciertamente la fiesta fue muy divertida, pero si he de seros sincera me lo pasé aún mejor preparándolo, hablando con unas y con otras de las personas que me ayudaron a montarla, y sobre todo, las tardes que pasé con Eva haciendo manualidades.