Hoy se celebra la lucha de cientos de mujeres que se enfrentan a la vida, que se afanan por no dejarse vencer por el cáncer. Con frecuencia se frivoliza con esta enfermedad, todo el mundo en días como el de hoy cuelga el lazo rosa en sus perfiles de redes sociales, en la solapa de sus chaquetas, pero las personas que han pasado por este trance ya sea de forma directa o indirecta necesitan de un apoyo real y diario.

Según la OMS el cáncer de mama es el más frecuente entre las mujeres, y afecta tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de desarrollo. Existen miles de campañas de concienciación para poner de relevancia la autoexploración y las visitas al ginecólogo, pero eso no evita que en muchos casos se deba recurrir a la masectomía cuando se diagnostica un tumor maligno en uno o en ambos senos.

Cuando se produce esta extirpación parcial o total, afecta psicológicamente a la paciente porque la feminidad se ve reflejada principalmente en esta parte de nuestro físico. La carga simbólica que conlleva esta situación no siempre se supera con facilidad ya que muchas veces las cicatrices no son tomadas por la paciente como heridas de guerra o expresión de que se ha ganado la batalla, al contrario, son un continuo recuerdo de lo que se ha sufrido.

La mastectomia, término que designa a la extirpación parcial o completa, es un procedimiento muy agresivo que psicológicamente puede afectar a quienes se lo han realizado, pues desde el punto de vista emocional, pero también social, sufrir una amputación de cualquier índole ya es traumático; y si se trata del pecho, esa parte que nos caracteriza como mujeres, que es nuestra imagen y parte de nuestra sensualidad, además de su fuerte carga simbólica, el daño psicológico puede afectar para siempre.

Algunas personas optan por la reconstrucción, pero últimamente se ha puesto en boga los tatuajes terapéuticos.  Una organización llamada P-INK tiene como objetivo conectar a tatuados con mujeres que han pasado por este trance, para ayudarles a hacer desaparecer las cicatrices de una forma creativa con dibujos que les inciten a la vida.

Esta tendencia que se inició en Estados Unidos poco a poco está calando en España, de hecho, en Valencia, concretamente en Manises, existe un comercio que se dedica a realizar este tipo de tatuajes; pero en cualquier caso, lo más importante en estos casos, es contar con el apoyo de familiares y amigos, porque todas ellas, todas las que superan este lance, son auténticas heroínas.


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