La zona de Cánovas cuenta desde ayer con un nuevo espacio gastronómico multicultural, La Graciosa. En él se pueden degustar desde hamburguesas a platos orientales, originarios de países tan diversos como Siria o Japón. Un carta que ofrece lo justo para no caer en los tópicos, pero lo necesario para que el comensal pueda encontrar la respuesta a sus apetencias, y todo ello a un precio razonable. Es decir, poner una sonrisa en el rostro de los comensales.
Este local del Ensanche que nace bajo el paraguas de la cerveza Túria Marzen, también dispone de una nutrida bodega y de una cómoda terraza que invita a sentarse a esperar que llegue la noche con un copa en la mano.
Un local con un ambiente cálido donde reina la madera, pero con un toque cosmopolita que lo convierten en un lugar agradable no solo para comer sino para mantener una cómoda sobremesa, y sobre todo si se tienen niños, porque además dispone de un espacio para los pequeños de la casa que abarca desde una zona de juegos hasta una zona con videojuegos. Sin duda, para los que tenemos niños, servicios como éste suponen un buen respiro al tiempo que disfruta de una buena comida. Por cierto, en este aspecto llama la atención las «golosinas» de verduras. Sin duda, un modo muy ingenioso para que coman verdura sin darse cuenta… Esta he de reconocer, que me la apunto.
Y toda esta propuesta innovadora está capitaneada por un tándem llamado al éxito, el chef José Alberto Mendoza, y el propietario del local, Joan Perdomo, que fiel a sus orígenes canarios también ha impreso la esencia de la isla en su carta.
Ayer al son de un dueto, que llenaban de notas la sala pude degustar mini hamburguesas de lentejas, las tartaletas de humus y de baba ganoush, el sashimi con nori y brotes, y las papas arrugadas con mojo picón, y he de reconocer que tras probar la cocina del local, volveré.