Las cervezas artesanales se han puesto de moda, y allá donde quiera que vayas encuentras, sin embargo, el que no se realicen mediante procesos industriales no es garantía de calidad. Ni todas las cervezas artesanales son oro puro, ni todas las industriales deben ser consideradas nefastas.

En la Comunidad Valenciana, hay sin embargo un ejemplo de éxito se trata de una compañía setabense llamada Premium Beers From Spain, liderada por Sergio Iborra y Rafa Suñer. Una empresa guiada por una combinación de trabajo duro, ocurrencia y buen humor, que en la actualidad, y tras seis años de trabajo se ha convertido en la mayor compañía de cerveza artesanal de España, que exporta sus productos a numerosos países de Europa y Latinoamérica.

El éxito de esto radica en productos de calidad y un buen posicionamiento de su marca personal, pero sobre todo en el afán de superarse constantemente. Si su irrupción en el mercado llegó de la mano de La Socarrada, la consolidación llegó con una cerveza elaborada con agua de mar, “Er boquerón”, que no es de Cádiz, si no de Xàtiva por muchas connotaciones que tenga el nombre.

Su siguiente aventura fue Srs. MaltWorth, que no solo es una nueva cerveza, con la etiqueta de una vieja malcarada, sino todo un proyecto de negocio. Un restaurante, que se ha ubicado en plena avenida Marqués de Sotelo, una de las principales vías de Valencia.

Un restaurante que combina la tradición valenciana con el modelo impuesto por las grandes cadenas de corte norteamericano. Pero esta cuenta con dos diferencias, primera una gran calidad que emana de una cocina donde los platos y aperitivos son tratados con mimo, y segunda una carta de cervezas artesanales nacionales e internacionales que surgen de los diez grifos que coronan la barra (siete internacionales y las tres cerveza de la propia firma).

Este es el primero de los muchos restaurantes que, bajo la firma Sra. Maltworth, van a abrir no solo en España sino en diferentes países. De hecho, ya existe un preacuerdo con China para establecer allí una franquicia.

Este modelo de restaurante ha triunfado y si uno come allí es fácil adivinar el porqué, puesto que está cuidado hasta el mínimo detalle, desde la carta hasta la decoración, y esto es así, porque por muy desenfadados que parezcan Iborra y Suñer, se toman el trabajo muy en serio, eso sí con una cerveza en la mano y a no más de 15 grados.